Lamentablemente, una minoría de los mayores de 65 en Chile y Colombia vive en condiciones financieras que pueden considerarse “saludables”.
A sus 65 años, Juliana tiene tres hijos y siete nietos. Desde hace 18 años, se gana la vida vendiendo flores en Bogotá, algo que espera seguir haciendo hasta que le sea posible. Sin embargo, ¿cómo cubrirá Juliana sus necesidades básicas cuando su capacidad física le impida vender estos productos? ¿Tiene suficientes ahorros para cubrir esos gastos? ¿Qué tan común es la situación de Juliana en Colombia y en otros países de América Latina y el Caribe?
Las estadísticas oficiales miden el porcentaje de adultos mayores que tienen acceso a alguna pensión (contributiva o no contributiva), con el fin de determinar la vulnerabilidad de la población en edad de retiro. Sin embargo, estas estadísticas no nos hablan sobre cómo las personas perciben su propia situación económica. En el caso de los adultos mayores, esta percepción se ve afectada no solo por sus ingresos, sino por las estrategias que pudieran ayudarles a garantizar su estabilidad y control financieros durante la vejez. Por ejemplo, tradicionalmente los adultos mayores reciben o esperan recibir apoyo directo por parte de los miembros del hogar, sin que ello se vea reflejado en los datos administrativos.
En este contexto de falta de información, el estudio Salud Financiera Global (publicado por Metlife Foundation en asociación con Rockefeller Philanthropy Advisors y Gallup) es de gran utilidad. El estudio indaga acerca de la salud financiera de los participantes, definida por los investigadores como el grado de seguridad y control que sienten las personas sobre sus finanzas. Para ello se basó en una encuesta que se realizó a más de 15.000 personas en diez países alrededor del mundo, incluyendo Chile y Colombia en nuestra región. El primer concepto, seguridad financiera, se midió por el tiempo que los encuestados podrían cubrir sus necesidades básicas si perdieran sus ingresos (recurriendo a sus ahorros o vendiendo activos). El segundo, control financiero, se define como la medida en que las personas perciben el manejo de su situación financiera.
Salud financiera de los adultos mayores: los casos de Chile y Colombia
La encuesta es representativa de la población cada país, lo que permite hacer un análisis sobre la salud financiera de distintos grupos de edad. En el caso de los adultos mayores, los datos del estudio muestran que solamente una minoría de los mayores de 65 en Chile y Colombia vive en condiciones financieras que pueden considerarse “saludables”. Sin embargo, existen diferencias importantes para las dos dimensiones del concepto en ambos países. En el caso de la seguridad financiera, únicamente el 18% de los chilenos y el 9% de los colombianos encuestados dicen que podrían cubrir sus necesidades básicas por más de 6 meses si perdieran sus ingresos y no tendrían dificultades para pagar otras cosas después de realizar los pagos de su deuda actual. Al mismo tiempo, en Chile el 19% de los mayores de 65 años reporta tener altos niveles de control financiero, mientras que en Colombia este porcentaje asciende al 16%.
En lo que respecta a control financiero, el estudio confirma la importancia de incluir preguntas sobre la percepción de la situación económica. En concreto, vemos que el 82% de los encuestados colombianos y el 77% de los chilenos indican tener redes de amigos o familiares que les podrían ayudar en caso de una emergencia financiera, lo que los hace sentir más en control de su situación económica. Este porcentaje es mayor únicamente en el Reino Unido (96%), Estados Unidos (94%) y Japón (93%). Al mismo tiempo, un 70% de los colombianos mayores de 65 años reporta que se siente en capacidad de cambiar su situación financiera. Dicho porcentaje está por encima de otros países de un nivel de desarrollo parecido al de Colombia.
La encuesta también muestra que el contacto con servicios y productos financieros (como cuentas de ahorro o seguros) de los adultos mayores en ambos países es muy limitado. Peor aún, la confianza en instituciones financieras es sumamente baja (Grecia es el único país que se encuentra por debajo de Chile y Colombia en este indicador). Esto se refleja en la falta de uso de servicios financieros por parte de quienes están en edad de retiro. Por ejemplo, en Chile, apenas el 53% ha usado algún servicio de este tipo, mientras que en Colombia este porcentaje es de apenas un 38%.
Inclusión financiera para un mejor retiro
Los resultados de la encuesta muestran la necesidad de mejorar la inclusión financiera, especialmente durante la vida laboral de la población. Existe evidencia de que ayudar a las personas a mejorar su inclusión financiera y utilizar el sistema financiero puede ayudarlos a prepararse para vivir mejor durante la vejez. Una manera es motivarles a utilizar productos de ahorro e inversión y con ello tomar mejores decisiones de ahorro y consumo. De hecho, una correlación simple de los datos de la encuesta muestra que quienes usan servicios financieros formales (y expresan confianza en las instituciones financieras) son mucho más propensos a reportar mayores niveles de seguridad y control financiero.
Este estudio resalta la importancia de diseñar nuevos mecanismos y políticas para lograr aumentar la inclusión financiera para que los ciudadanos puedan tener un mejor retiro. Esta agenda está siendo apoyada por el BID mediante el Laboratorio de Ahorro para el Retiro, una iniciativa que identifica y respalda diferentes mecanismos basados en la economía del comportamiento y el uso de nuevas tecnologías para promover el ahorro previsional, particularmente entre aquellos que están fuera de la fuerza de trabajo formal. De esta forma, esperamos que en el futuro las personas como Juliana tengan mejores perspectivas económicas durante su vejez.
Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo