Se acerca el verano y con fuertes olas de calor primaverales el baño de nuestros hijos peludos se hace aún más imprescindible, porque además de la razón higiénica, surge la motivación por mantenerlos más frescos durante los días donde las altas temperaturas no dan respiro.
El calor agobia, pero incluso así hay perros que no soportan el refrescante chorro de agua (por suave que éste sea). Para encontrar respuestas y lograr bañarlos o refrescarlos, conversamos con la la veterinaria y experta de Gabrica, Ana Monardes, quien asegura, que “lo ideal sería partir desde cachorro con la presentación del agua, no bañarlos, pero si presentársela, al igual que el secador de pelo. Comenzar a mojarlo de a poco, con agua tibia, primero las patitas, no poner el chorro de agua de inmediato. Es muy importante colocar una alfombra antideslizante para que el perrito no se sienta inseguro y no se resbale, que sea un ambiente grato, sin ruidos fuertes, para que no se asuste. Se recomienda usar shampoo (para perros) suave, de aroma grato y que sea libre de lágrimas. En casos más complejos, se puede aplicar alguna terapia de relajación, con música, aromaterapia, flores de Bach o utilizar algún nutracéutico para relajar a la mascota”.
La experta señala que es fundamental evitar algunos errores comunes que cometemos cuando llega la hora del baño, como cuando para acercar a las mascotas al agua se ocupan jeringas o baldes, lo cual puede generar aversión a la experiencia del baño. Hay otros que asocian el baño al ruido del secador de pelo, por ende, lo ideal es tratar de familiarizarlos con este sonido, incluso hay algunos que les provoca rechazo o temor el simple sonido de la ducha o el agua. Por eso es fundamental procurar que nuestra mascota vaya generando asociaciones positivas con el momento del baño y la regla de oro es no forzarlos e introducirle la rutina poco a poco.
El momento ideal es es entre las las 4 y 12 semanas de vida debido a que es su etapa de socialización, pero si el perro ya es adulto ¿qué podemos hacer?
Al igual que con los niños, una opción es transformar el baño en su zona de juegos o incluso compartir la tina con ellos, que sin duda le puede ayudar a superar el temor que le provoca el agua.
Es clave hacerlos sentir seguros y para ello hablarles, acariciarlos y entregarles muestras de cariño, pero es imprescindible no transmitirles nerviosismo, porque así será difícil ayudarlos a calmarse. En este punto la veterinaria de Gabrica explica que es fundamental “presentarle el agua al paciente gradualmente, no mojándolo de una vez, aplicando juegos y premios con el agua, lo que se puede complementar con la utilización de nutracéuticos o aromaterapias para relajar al paciente”, pero asegura que en casos extremos “si nuestro canino se estresa y comienza con agresividad, debemos llevarlo con un especialista, como un etólogo, para modificar la conducta”.
Comenzar con paciencia, de manera gradual, sin forzarlos y con MUCHO amor será la mejor receta para el éxito, pero si nada resulta siempre es válido consultar los expertos en cada materia y compartir los consejos que a ti te han dado resultado.
¿Tienes algún truco para que tu mascota logre bañarse sin problema?