Llamamos la atención en Chile y el mundo, comenzó la vacunación con los mayores y salimos con nuestros mejores trajes y una tremenda sonrisa a inocularnos. Por fin se veía luz al final del túnel que nos ha tenido en una espera de más de un año, por fin podríamos volver a salir sin miedo y, lo más importante, por fin tendríamos la opción de volver a abrazar a nuestros nietos e hijos. Todas esas y tantas otras opciones se hacían más reales gracias a la vacuna, pero algo sucedió en el camino, llegó el turno de otros grupos etáreos y el ritmo comenzó a descender preocupantemente.
Para nosotros la vacuna es sinónimo de vida, libertad, pero no necesariamente lo es para los más jóvenes. Gabriel Cavada, epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile explica que hay varias razones que explican este descenso. Por un lado dice que nosotros tendemos a ser más disciplinados y tenemos una relación con estos fenómenos diferente que los más jóvenes. Sobre los más grandes Cavada explica que “Ellos fueron testigos de las secuelas de enfermedades como la poliomielitis y la tuberculosis, tienen esa experiencia vital, la vieron o conocieron a alguien que las vivió, por lo tanto saben de la importancia de las vacunas”.
Nuestra invitación desde CHAO Agosto es un llamado para que nuevamente asumamos un rol protagónico en esta pandemia y así como “corrimos” a vacunarnos, hoy seamos el motor que impulse a nuestros hijos y nietos para hacerlo. Razones médicas y de salud pública hay miles, pero no son nuestra especialidad y no deberían ser siquiera las razones que debemos exponerles, pero sí explicarles que inocularse y alcanzar la esperada “inmunidad de rebaño” implica que podremos volver a abrazarnos, apagar las velas de nuestras tortas rodeados de seres queridos, regalonear a nuestros nietos y tantas otras cosas que ha sido imposible hacer por más de un año. Explicar también que nos permitirá volver a vivir más, ser más independientes (hacer nuestros trámites presenciales y quienes no usan computador o smartphone no tener que pedir favores para trámites online), pero sobre todo podremos disfrutar nuestra hermosa madurez en su compañía, tranquilos y seguros.
Hagamos juntos esta campaña, motiva hoy a tu hijo, sobrino, nieto o vecino a que se vacune, que es sinónimo de vivir la vida en comunidad, de disfrutarnos y como el encierro nos mostró un “lado más oscuro” saldremos a la calle a admirar la vida con otros ojos, sentiremos el viento con gozo y en las mesas de cada casa podrá reinar la alegría de volver a estar juntos. Llama hoy a los tuyos y diles, vacúnate por ti, por mi, por todos.
Fuente: La Tercera
Es un mensaje muy realista que lamentablemente no todos han sabido valorar. Sin embargo sigamos con los nuestros la sugerencia indicada… Es uno de los caminos que puede causar un despegue de esta traicionera enfermedad.