Algo raro está pasando

Cuando la sociedad considera que “ha llegado la hora de descansar”, muchas personas mayores se aferran con dientes y uñas al trabajo. No sólo porque necesitan complementar la pensión, sino porque constatan que las personas que jubilan se “vienen abajo”. Era que no. Transcurrido 3 meses de quedarse en casa, ven mermados no sólo sus ingresos sino el contacto con otras personas, perciben que empiezan a quedar fuera y atrás, se les va instalando la convicción que ya a nadie le interesa su opinión. Incómodo. Mal que mal los expertos señalan que la soledad es un factor predictor de la senilidad, y que, por el contrario, el trabajo es un factor protector. Mi padre al respecto me decía que “para descansar, primero hay que cansarse”.

También es posible evidenciar este cambio de actitud de las personas mayores, que ingresan a la consulta del médico habiéndose informado de su posible dolencia y que tiene opinión sobre las alternativas. Preguntan, sugieren, rechazan. Así también con las autoridades, exigiendo el derecho a incidir en las decisiones que les afectan, incluyendo la forma de vivir…y de morir. 

En el ámbito familiar, abundan los testimonios de admiración por el buen estado de salud física y mental de los parientes mayores, como si ello fuera una excepción, sin tener en cuenta que actualmente el 85% de las personas mayores en Chile no presenta ninguna forma de discapacidad, pudiendo valerse por sí misma y teniendo una buena percepción de su calidad de vida, aunque es preciso reconocer que, a partir de finales del 2019, esta situación lamentablemente empeoró.

La mayoría de las personas mayores hoy resisten ser asistidos, y se consideran sujetos de derechos, los cuales deben ser asegurados por el Estado, con la colaboración de la familia y la sociedad. Por ello es tan sensato que cambiemos la mirada hacia el envejecimiento que, siendo inevitable, puede ser postergado con un adecuado estilo de vida, que cuide el cuerpo, la mente, las relaciones…y el bolsillo. Y disponernos para dejar de añorar lo que ya fue, y nos dispongamos a vivir plenamente lo que hoy es.

Este cambio de actitud es lo que promueve la propuesta “Nueva Longevidad” actualmente impulsada por Fundación Ashoka y Travesía100, de tal modo que la mecedora en la cual en algún momento nos sentaremos nos quede esperando por un largo rato.

 Ximena Abogabir
Por una Nueva Longevidad

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