En 1894 se funda la Protectora de la Infancia con la misión de dar pan, techo y abrigo a los niños huérfanos de la Guerra del Pacífico y la migración campo-ciudad. Hoy 127 años después, con dolor vemos como la historia se repite; esta vez, en Ucrania donde miles de niños y niñas, son víctimas de un daño profundo y duradero, como consecuencia de otra guerra… que desde el 24 de febrero de este año, afecta a ese país.
«En la guerra todo se pierde, todo. No hay victoria, Todo es derrota» nos señaló el Santo Padre Francisco… Como fundación y desde nuestro rol protector del desarrollo pleno de la infancia, nos conmovemos y sufrimos enormemente frente a las adversidades que, niños y familias a diario experimentan, a raíz de la intensificación del conflicto bélico. Nos unimos así al Sumo Pontífice y hacemos un llamado a la paz, al diálogo, a la reconciliación entre los pueblos hermanos de Ucrania y Rusia.
Somos conscientes que este desarraigo y guerra, les trae consigo a niños y niñas, otras posibles vulneraciones en sus derechos; la separación familiar, la violencia, la explotación sexual y el tráfico de personas, en algunas ocasiones. Rogamos al Señor Dios, que este conflicto, deje las menores secuelas en esas pequeñas vidas; y que pronto, pronto llegue a su fin, la guerra que enfrenta a ambas naciones.
Desde nuestro quehacer, invocamos, bajo Su manto protector a Nuestra Madre María y, junto al clamor que realiza el Pontífice, elevamos nuestras oraciones por esa paz en Ucrania y, en especial, por ellos los chiquitos que ahí viven, para que sus derechos dejen de ser vulnerados, crezcan en armonía y, puedan desarrollar todas sus potencialidades junto a sus queridas familias.
Alicia Amunátegui de Ross
Presidenta Consejo Directivo
Protectora de la Infancia
100 Líder Mayor 2021