El consumo excesivo de medicamentos – más de 5 medicamentos – recibe el nombre de polifarmacia y es una realidad en la población mayor del país. En la actualidad, el 30% de las personas entre 60 y 69 años tiene polifarmacia mientras que un 50% de las personas mayores a 90 años la padece. De ellos son las mujeres como las personas con menor nivel educacional los más afectados.
Si bien es cierto que las personas mayores proporcionalmente padecen de un número más alto de patologías, por lo que puede parecer normal el alto consumo de medicamentos en este segmento de la población, también es cierto que son el grupo que presenta en mayor medida reacciones adversas a medicamentos. Reacciones que pueden desencadenar múltiples complicaciones en la vida diaria de las personas.
Las principales causas de la polifarmacia son (1) el cuidado de salud fragmentado, es decir, la atención con múltiples especialistas; que se suma además a la baja atención de geriatras (2) la desconexión entre los diferentes niveles de atención en salud, (3) la prescripción en cascada y (4) la automedicación tanto de medicamentos alopáticos como homeopáticos.
Vale mencionar que en Chile hay pocos geriatras – alrededor de 150 para 3,569,546 personas sobre 60 años – y que solo un 7% de personas mayores se atiende con ellos, siendo que son los profesionales más idóneos para tratar las patologías de la vejez y prevenir fenómenos como la polifarmacia.
Lamentablemente, en nuestro país aun no contamos con un sistema que permita ver las consecuencias del consumo inadecuado de medicamentos. Sin embargo, en otros países se sabe que aumentan las consultas, hospitalizaciones y atenciones de urgencia producto de caídas, y reacciones cardiovasculares, principalmente. Además, también es común el desarrollo de delirium – estado de confusión agudo – que suele tomarse como un cuadro demencia.
La polifarmacia es preocupante debido a que incide directamente en la calidad de vida de las personas mayores, afectando su autonomía, su autoeficacia y también su bolsillo. Más aún, se ha visto que el gasto en bolsillo de las personas mayores es más alto en comparación con el resto de la población, y que se debe particularmente al gasto en medicamentos.
Por todo lo anterior, es necesario comenzar a incluir en las mallas curriculares de las carreras de salud cursos sobre vejez y envejecimiento e impulsar el estudio de la geriatría y gerontología. Y, así, aumentar el número de profesionales preparados para atender al segmento 60+. Es fundamental también incentivar la creación de equipos interdisciplinarios en la atención de salud con un enfoque integral de atención al paciente. Pero, además, es esencial desarrollar la alfabetización de la salud en las personas mayores, que les permita empoderarse y ser agentes activos en su cuidado y bienestar.
Para más información visitar: Uso de Medicamentos y Polifarmacia en Personas Mayores
Josefa Guerra Spencer
Investigadora Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro, Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento UC (CEVE-UC), Pontificia Universidad Católica de Chile