Ser abuelo: una bendición

En este mismo espacio, el profesor José Maza se ha referido con entusiasmo al hecho de que las personas de la tercera edad (o como quiera calificarse a los mayores de 25) tienen mucho que aportar a la sociedad.

Pero también, y eso me duele como periodista, se queja de que los medios nos presentan habitualmente de manera lastimera como desvalidos y -con un toque de compasión de cuya sinceridad tengo dudas- se esmeran en señalar que es necesario ayudar a los “abuelitos”.

Es cierto, y lo sabemos bien, que la capacidad física va decreciendo con los años: a algunos nos cuesta caminar, otros no podemos levantar en brazos a nuestros nietos, menos correr como ellos quisieran. Pero eso no impide que conservemos otras capacidades, empezando por la de amar y ser amados.

Podemos ayudar en muchos aspectos a nuestras familias y, sobre todo, a los hijos de nuestros hijos. Hace ya varias décadas, en un período en que debí vivir con mis abuelos maternos en Valparaíso, completé mi aprendizaje de la lectura. Lo hice tratando de descifrar los textos de El Mercurio, en la ciudad donde fue fundado en el siglo XIX. Mi abuela tuvo entonces la paciencia de vigilar mis progresos en una de las más fascinantes aventuras de la mente. Desde las páginas del diario, salté ahí mismo, en una casa en las alturas del puerto, a El Tesoro de la Juventud y entendí que la lectura es, sobre todo, un placer.

Nunca la he dejado y por eso, aunque no vive con nosotros, María Pía no ha dudado en compartir las historias de los libros de cuento que le lee su madre. Estoy convencido de que será una gran lectora y, por derivación, una buena escritora. Pero, claro, falta todavía.

La pregunta me sigue doliendo: ¿Por qué, entones, los medios nos miran como nos miran?

No encuentro una buena explicación. Todos tenemos parientes que han sido fundamentales en nuestro desarrollo: los padres, los tíos y, por supuesto, los abuelos. Pero ello se olvida con demasiada facilidad.

Confío en que no solo los adultos mayores lean este espacio. Estoy seguro de que aquí todos podemos aprender de nuestra experiencia en la vida.

En especial por supuesto, los periodistas.
Abraham Santibáñez

Comenta aquí

Noticias relacionadas: