Darse la oportunidad de volver a enamorarse

“Qué van a decir mis hijos”, “Qué pensarán mis amigas y amigos”, “A esta edad, yo no, ninguna posibilidad”, “Es que ya estoy muy vieja/o”. Todas estas frases y más hemos escuchado de quienes han pasado los 65 años y deciden cerrar las puertas del amor en su vida. Una opción, muchas veces tomada desde la practicidad, malas experiencias, negación al sentimiento o simplemente para disfrutar la independencia. 

A pesar de que los puntos mencionados anteriormente son todos respetables, es una realidad, que viviendo en pleno siglo XXI vemos comúnmente, aunque nos hagamos llamar, personas muy abiertas de mente y modernas

Patricia Ferralis, Psicóloga Clínica, de la Universidad Mayor, quién se desempeña hace 20 años en el Hospital Psiquiátrico, ejerciendo terapia psicoeducacional a personas mayores, -entre otros-,  nos comenta que “el amor para el adulto mayor, es lo mismo que para el adulto menor”, y agrega: “La diferencia está en que hay quienes tienen mayor capacidad para enamorarse y quienes tienen menos. En los primeros, se van a enamorar a cualquier edad, incluso se ha visto que las personas con esta característica, a los dos años de quedar viudo, buscan una nueva pareja y la logran encontrar”, comenta.

¿Por qué hay quienes prefieren no enamorarse? 

Frente a esta interrogante, Patricia nos explica que hay diferentes factores que hacen que las personas se cierren a la opción. Entre lo más común, es pensar que a cierta edad la vida sexual “no existe”, la presión de los mismos hijos por que se dediquen solo a ellos o incluso, pensar que el otro busca más que una pareja a un “cuidador”; ideas que finalmente producen una negativa frente a la alternativa de abrirse al amor.

Ferralis nos cuenta que en el caso de la vida sexual, “no desaparece y no es igual en todas las edades. Se hacen cosas diferentes, pero una persona que tiene el erotismo desarrollado, puede tener sexualidad siempre y es algo que genera unión,  complicidad e intimidad, resultando siempre como algo positivo”, comenta la Psicóloga.

Un tema importante también son los hijos, quienes pueden llegar a ser  “egoístas” y no les hacen fáciles las cosas a sus padres, en especial al momento de la viudez. “Hay hijos que son muy sobreprotectores con sus papás, incluso por términos económicos. También hay otros que son generosos, que alientan a sus padres a tener pareja y tener una vida”, explica la terapeuta. 

Por otra parte, y en especial en el caso de las mujeres, ellas reconocen que no tienen ganas de cuidar a otro durante su edad mayor, y deciden vivir solas. “Lo que he visto es que muchos hombres envejecen y se dejan cuidar por su mujer o una hija. Entonces, si quedan viudos, buscan en una relación de pareja ser cuidado, y eso, especialmente en el caso de las mujeres, las lleva a cerrar las puertas del amor. Por lo mismo, es muy importante que tanto hombres como mujeres lleguemos a nuestra vejez felices con nosotros mismos, con la capacidad que otro venga a completarnos y no a atendernos”, concluye Ferralis.

Aprender del amor en todo momento de la vida

A cualquier edad uno se puede enamorar y vivir una experiencia tan enriquecedora como compartir los buenos, e incluso, malos momentos con otra persona. Con quién se genera un vínculo especial. “Cuando uno se enamora genera oxitocina y ve todo lo bueno del otro, es por eso que las relaciones se construyen con el tiempo. Uno tiene que pololear harto y de ahí ver si es la persona adecuada para construir una relación”, aconseja la especialista.

Pero para poder enamorarse a cualquier edad, la psicóloga insiste que también se debe  trabajar desde muy joven el “aprender” a enamorarse, porque “Para que una persona de 60 a 80 años se atreva a amar, tiene que amarse a sí mismo. Entonces el real tema es aprender a envejecer y aprender a amar -y amarse- desde joven”, aclara. 

Es por esto, que aprender a hablar del amor y de la pareja, es súper importante en todo el recorrido de la vida y es clave que nuestra sociedad haga espacios para poder dar pie a estos temas.  “Se debe buscar la posibilidad, del  desarrollo personal del ser humano, del saber vivir en comunidad y trabajar el tema del amor. Que es sumamente importante”, enfatiza la psicóloga.

La invitación es que todos los que deseen busquen una pareja con quien compartir sus días, noches, tardes y amaneceres. Salir a caminar tomados de la mano, sentarse en un banco de una plaza, contemplar una puesta de sol, en silencio, ese silencio cómodo y acogedor de dos personas que se sienten uno el complemento del otro. Olvidarnos del “qué dirán” nuestros hijos o quién sea, porque esta vida es una, es nuestra y es AHORA.

Comenta aquí

Noticias relacionadas: