Escuchamos hablar de varios tipos de dietas nuevas, desde las que dicen que no debemos comer nada en 16 hrs. y otras, que cada 4 una porción de colación nos llevará a perder el peso que deseamos, para tener ese “cuerpo ideal”, o incluso para sentirnos cómodos, porque tal vez algunos alimentos ya no nos “caen tan bien”.
Efectivamente el cuerpo va cambiando con el paso de los años y a mayor edad nuestro metabolismo es más lento y algunas cosas pueden caer más pesadas. Es ahí cuando empezamos a evaluar la idea de hacer cambios drásticos. Ahora, lo importante es que esos cambios no afecten en nuestra salud.
“No son recomendables los cambios drásticos como tal. Si la persona desea modificar sus hábitos alimentarios debe hacerse a través de una asesoría con un profesional Nutricionista, con cambios paulatinos y guiados de acuerdo con las patologías del paciente. Además, se debe asegurar la ingesta de nutrientes críticos (como por ejemplo las proteínas de alto valor biológico), para evitar mayor pérdida de masa muscular, hipoglicemias, o carencias de micronutrientes fundamentales para este grupo etario”, recomienda Adriana Lopez, Geriatra de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile
Este punto se refiere a que si toda la vida una persona comió carnes rojas, qué efecto puede tener en su cuerpo dejarlas de un día para otro. Opciones hay muchas, pero en términos generales, la recomendación principal es alimentarse de manera saludable, esto significa más comida preparada en casa, con aceites sanos, un equilibrio calórico y las proteínas necesarias.
También es importante aumentar el consumo de fibras, frutos secos -que incluso pueden reemplazar las cantidades de carnes rojas y aceites- bajar las cantidades de azúcares y grasas. Por mucho que nos gusten 🙁
Lo que se aconseja es que incluso después de los 50 años, la alimentación ya sea más regulada y con un mayor consumo de pescado, aves, huevos, lácteos descremados, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Seguro te suena “fome”, pero te prometemos que hay formas de basar tu alimentación saludablemente y hacer preparaciones deliciosas con ellas.
Entonces, seguir una dieta sí o no.
La primera recomendación es ir siempre donde algún especialista que lleve un seguimiento de la alimentación. Quien además debe hacer énfasis en analizar si la persona toma algún tipo de medicamentos que pueda afectar la absorción de nutrientes, por ejemplo.
Adriana Lopez, Geriatra de la Usach asegura que “Las dietas restrictivas no son recomendables en la tercera edad, ya que con esto se fomenta la sarcopenia y la desnutrición. La alimentación de la persona mayor debe adecuarse con el estado nutricional, sus patologías crónicas y sus requerimientos nutricionales”
Luego, llevar una alimentación equilibrada y considerar un alto consumo de fibras, agua y vitaminas, en especial luego de los 70 años. Entre ellas se debe resaltar: La vitamina D, déficit en el consumo de esta, puede provocar incluso anemia; Vitamina B12, ideal para seguir aportando al desarrollo cognitivo; el calcio y el fósforo, su consumo habitual ayuda a evitar problemas de osteoporosis; el Zinc, ayuda a regular el sistema inmune; el potasio, ayuda a reducir el riesgo de hipertensión y carbohidratos, en las dietas para personas mayores deben aportar 60% de las calorías consumidas al día.
Mejor equilibrado que reprimirse
Finalmente, lo que se puede hacer es tomar de algunas dietas las mejores cosas. Por ejemplo, del ayuno intermitente, ideas de batidos llenos de fibra. De la dieta vegana, buscar ricas recetas llenas de frutas y verduras. De la Keto, ideas de cómo suprimir el azúcar, consumir frutos secos y huevos.
“Las recomendaciones generales es que debe ser una alimentación variada, con un aporte de proteínas de alto valor biológico (carnes, huevo, legumbres), y fibra. Si baja la ingesta, fraccionar la comida en varios tiempos para incentivar. Nunca saltarse las comidas. Y hacer de la alimentación un espacio agradable” aconseja la geriatra.
Es muy importante mantener un equilibrio, ideal tener cinco comidas al día y tratar de ir haciendo cada vez más pequeñas las porciones. A toda edad mantener una dieta saludable es tremendamente importante, pero en especial durante la infancia y la tercera edad se debe cuidar, porque, además, es una gran ayuda para evitar diferentes enfermedades.
Como complementar aún mejor una alimentación saludable
Finalmente, en lugar de hacer dietas restrictivas que pongan en riesgo tu salud, siempre es mejor sumar actividad física. Con cosas simples puedes lograr sentirte mejor y darte gustos sin tantos cargos de conciencia.
“La Actividad Física consiste más que nada en actividades recreativas o de ocio, desplazamiento como caminatas, actividades ocupacionales, labores domésticas, juegos o ejercicios guiados por un profesional para que los adapte a su condición física. Idealmente de acuerdo con las recomendaciones se deben realizar 150 minutos semanales de actividades físicas. Los adultos que tengan movilidad reducida deberían realizar actividades físicas que permitan mejorar equilibrio e impedir caídas ojalá 3 o más veces por semana” detalla López.
Una buena idea es salir a caminar al medio día, usar más escaleras y menos ascensores. Hacer más trámites a pie o llevar a los nietos a la plaza, ideas hay muchas, lo importante es elegir una actividad que a ti te acomode y que sea segura. Hacer deporte, al menos, tres veces a la semana, sumará una gran mejora a tu calidad de vida y de seguro también te ayudará a mantenerte activo y con ganas de hacer cosas nuevas todos los días.
Prueba una alimentación equilibrada, días en movimiento y verás que solo obtendrás beneficios aplicando pequeños cambios, siempre basados en el equilibrio, la gradualidad y el autocuidado.